Lo que nadie te dijo sobre tu dinero

30 julio 2018

Cuando depositas tu dinero en un banco, ¿por qué lo haces?

Seguramente, tu propósito sea guardarlo en un lugar seguro. En una entidad que lo atesore para, cuando lo necesites, hacer uso de él.

Pero, ¿y si te dijéramos que cada vez que metes tu dinero en una cuenta corriente, lo que estás haciendo en realidad es prestar tu dinero al banco…?

Si te asombra la idea de averiguar que eres un prestamista en lugar de un ahorrador, te avisamos de que ésta va a ser la menor de las sorpresas que te vas a llevar leyendo este artículo.

Una de las máximas del Instituto Pensamiento Positivo es nuestro compromiso con tu educación financiera. Y esta entrada, al igual que el resto de los artículos que hemos ido publicando, tiene como finalidad incrementar tu inteligencia financiera haciéndote comprender todo lo que no sabías sobre la economía y el proceso de creación de dinero.

Prepárate porque no sólo estás a punto de descubrir que los impuestos y la inflación son una forma legalizada de despojarte de tus dos bienes más valiosos (tu tiempo y tu libertad). Lo más duro es asumir es que, cada vez que metes tu dinero en un banco, estás contribuyendo a incrementar aún más la inflación y los impuestos…

ESTÁS PRESTANDO TU DINERO A LOS BANCOS SIN SABERLO

Repetimos la idea porque sabemos que puede ser difícil de digerir: cuando depositas tu dinero en un banco, no lo estás atesorando en una cuenta para que nadie haga uso de él hasta que vuelvas a necesitarlo. No: lo estás prestando a la entidad bancaria. Y ésta puede hacer con tu dinero prácticamente lo que quiera: realizar todo tipo de inversiones, jugar con él en bolsa o prestarlo a terceros con intereses, obteniendo con ello un beneficio, por supuesto.

Si pensabas que, después de leer nuestro último artículo, habías entendido el sistema de creación de divisa, permítenos que te saquemos del error. Porque una vez que tú depositas tu dinero en el banco es donde el sistema de creación de divisa se pone en marcha de verdad. Aquí es donde entra el juego el concepto de Reserva Fraccionaria. Y la Reserva Fraccionaria es exactamente lo que parece: un sistema mediante el cual los bancos pueden legalmente reservar sólo una fracción (y, en ocasiones, ni eso) de tu depósito y prestar el resto.

Y aunque los ratios de reserva son incluso menores, para facilitar la comprensión de estos conceptos, usaremos uno del 10%. A través del sistema de Reserva Fraccionaria, si depositas 1.000 euros en tu cuenta, los bancos pueden prestar 900 euros sin tener que avisarte. Y sólo estarían legalmente obligados a guardar 100 euros de tu depósito, por si necesitas hacer uso de tu dinero. Es lo que en la jerga bancaria se denomina “coeficiente de caja”.

Entonces, ¿por qué dice el extracto de tu cuenta que tienes 1.000 euros cuando en realidad tienes 100? Pues porque el banco, junto con tus 100 euros ha depositado un pagaré (también llamado “crédito bancario”) por valor de 900 euros. Parece una locura, ¿verdad? Comprenderíamos que no nos creyeras, por ello, llegados a este punto, te vamos a recomendar la lectura de un librito de apenas 33 páginas que David H. Friedman, elaboró para la Reserva Federal de Nueva York, en el que se reconoce (pág. 19) que “los bancos comerciales crean dinero contable siempre que conceden un préstamo, simplemente añadiendo nuevos dólares depositados en cuentas en sus libros a cambio de un pagaré”.

LO QUE TÚ CREES QUE ES DINERO NO SON MÁS QUE NÚMEROS

Así que, lo que tú crees que es dinero, no son más que números que los bancos teclean en sus ordenadores. Y aunque los créditos bancarios de pagarés son muy distintos de los números de la base fiduciaria (o coeficiente de caja), ya que sólo existen en sus bases de datos, siguen siendo divisa. De tal manera que, en el mismo momento que tú depositas tus 1.000 euros en el banco, la entidad suma (y genera) automáticamente 900 euros más.

A continuación el banco concede a otra persona esos 900 euros en forma de préstamo. Y, con esos 900 euros, el prestatario corre a comprarse –por ejemplo- un teléfono móvil. El vendedor del móvil corre a su banco a ingresar los 900 euros de la venta, de los cuales la entidad sólo tiene la obligación legal de conservar 90; los otros 810 puede prestarlos a cambio de generar un pagaré (y crear divisa) por valor de 810 euros. Así que ahora tenemos divisa circulando por valor de (1.000 + 900 + 810) 2.710 euros… Este proceso se repite una y otra vez, de manera que los 1.000 euros iniciales, que tú dejaste en depósito, se convierten en hasta 10.000 euros de crédito, respaldados únicamente por 100 euros de coeficiente de caja.

Esto en caso de que el ratio de reserva fuese del 10%… Pero, dependiendo del país y hasta de la entidad bancaria, este puede ser del 3%; en otros incluso llega al 0%. El resultado es que la expansión de oferta monetaria es mucho mayor de lo que este ejemplo puede llegar a mostrar. Pero las ramificaciones y consecuencias de la aplicación descontrolada del sistema de Reserva Fraccionaria es algo que va mucho más allá de lo que, a través de la lectura de este artículo, puedas llegar a concebir.

ERES CÓMPLICE DE LA INFLACIÓN

Este sistema de Reserva Fraccionaria, que te hace cómplice sin que tú lo sepas, es el responsable de la mayor parte de la oferta de divisa que existe en circulación. Los datos indican que, al depositar tu dinero en el banco, estás contribuyendo a generar entre el 92 y el 96% de toda la moneda corriente que se crea. Que sólo ente el 8 y el 4% de la divisa restante la generan los gobiernos, como vimos en artículos anteriores.

Puede que esta alegre y desenfrenada creación de moneda corriente te parezca divertida (e incluso positiva) al principio. Hasta que recuerdas una de las cosas más importantes (que no sabías) que no sabías sobre el dinero: que los precios actúan como una esponja ante la oferta de divisa. Cuanta más divisa hay disponible más crecen los precios. Aquí es donde entra en juego la inflación. Porque la verdadera definición de inflación es un aumento de la oferta de divisa. Y el auge de los precios es únicamente el síntoma de esa inflación. Entender esto es fundamental.

Es por eso que, desde el Instituto Pensamiento Positivo, no nos cansamos de insistir en que una de los mejores favores que te puedes hacer a ti mismo es invertir en tu educación financiera. Mucha gente siente que hay algo que no funciona en la economía mundial. Pero muy pocos son capaces de entender qué es lo que pasa y por qué. Se impone pues, que aprendamos a sanar nuestra relación con el dinero y concibamos nuevas maneras de generarlo y obtenerlo de una forma responsable y consciente, de acuerdo con nuestros talentos y valores. Con este propósito ha sido desarrollado el Seminario Intensivo Vivir con Abundancia.

El Equipo del Instituto Pensamiento Positivo

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